lunes, 22 de noviembre de 2010

La Revolución Francesa

El texto trata sobre las distintas opiniones que tienen historiógrafos ingleses y franceses sobre el inicio de la Edad Contemporánea. Los franceses opinan que inicio de la nueva época comienza con la Revolución Francesa, ya que supone un gran giro histórico y produce cambio social, político y mental. En cambio los ingleses consideran que el inicio de la Historia Contemporánea se produce a partir de 1890, cuando surgen los problemas reales del mundo actual.

Muchos historiógrafos (en concreto los franceses) consideran que el inicio de la Edad Contemporánea empieza en 1789, con el movimiento revolucionario francés el cual produce un gran cambio en el proceso histórico. Pero en ese mismo año de 1789 también otros acontecimientos que refuerzan la idea de cambio, como el nombramiento de George Washington como presidente de E.E.U.U y la instalación de la primera máquina de vapor en la industria del algodón.

La historiografía anglosajona retrasa el inicio de la Edad Contemporánea. Lo sitúa más cercano al presente, hacia el 1890, cuando surgen los problemas que afectan hoy día al mundo. Este momento también va respaldado por otros acontecimientos, con la segunda revolución industrial, (que causa un mayor impacto que la primera) la intervención de la masa política y la perdida de la posición central de Europa en la política mundial, debido a fuerzas externas a ella. Y señalan que los cambios revolucionarios de 1789 no causan una ruptura total con lo anterior, ni surge la aparición de nuevas realidades.

Desde mi punto vista creo que el inicio de la Edad Contemporánea debe situarse alrededor de los últimos años del s. XVIII y primeros del s. XIX. De esta forma me pongo de acuerdo con la historiografía anglosajona. En mi opinión en ese periodo de tiempo se produce un mayor el cambio social, político y cultural. Y creo que incluso más que el que causó la revolución francesa. Este cambio no solo se produjo en Europa, sino también en todo el mundo.

ESTADO CENTRALIZADO Y DESCENTRALIZADO

Centralismo: Doctrina y sistema de gobierno que concentra la acción política y administrativa en manos de un gobierno central, el cual asume las funciones propias de organismos regionales y locales. Fue uno de los medios mas eficaces con que contaron las monarquías del Antiguo Régimen para la creación del Estado moderno. Pero durante el siglo XXI ha estado en declive, permaneciendo en Francia, Polonia y varios países latinoamericanos.

Descentralización: Doctrina y sistema de gobierno que reparte el poder con los diferentes territorios que lo forman. Lo cual supone la transferencia del poder del gobierno central a otras autoridades que siempre deben de estar ordenadas de forma horizontal y nunca de forma jerárquica. Cada territorio cuenta con su propio Parlamento (poder legislativo), Gobierno (poder ejecutivo) y Tribunales de Justicia (poder judicial). Alemania y España son ejemplos de estado descentralizado.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS DE LOS MODELOS POLÍTICOS EN ESPAÑA

Centralización de los reinos hispánicos: Felipe V encolerizado por la traición de Aragón y sus aliados en la Guerra de Sucesión, decidió castigarlos promulgando los Decretos de Nueva Planta (1707, 1715,1716), conjunto de leyes que abolían los fueros de la Corona de Aragón. Estos decretos impusieron la centralización político-administrativa en todos los Reinos Hispánicos, una nueva organización parecida a la de Castilla. Felipe V llevo a cabo varias reformas, la de la Hacienda y del Ejercito.

Descentralización de España: Guerras Carlistas: Denominamos guerras carlistas a las tres guerras civiles que tuvieron lugar en España durante el s. XIX, entre los carlistas (absolutistas) partidarios de don Carlos, hermano de Fernando VII y los partidarios de Isabel II (liberales) hija Fernando VII. Este conflicto se inició en 1830, cuando Fernando VII al nacer su hija Isabel anuló la Ley Sálica (ley que impedía reinar a las mujeres). Esta medida no fue aprobada por don Carlos, hasta entonces sucesor, apoyado por los absolutistas. Ante la inminente amenaza de guerra de don Carlos, María Cristina (esposa del monarca) asumió la regencia de su hija, y tuvo que buscar el apoyo de los liberales (isabelinos).
Esta rivalidad por el poder provocó dos guerras, ambas fueron victorias isabelinas. La Primera (1833–1840) y la Segunda (1846–1849), que no eran más que guerra de guerrillas entre absolutistas y liberales.
En 1866, tras un reinado políticamente inestable, los demócratas y los liberales firmaron el Pacto de Ostende. En él, se pactó derrocar a la reina y convocar Cortes Constituyentes para decidir el régimen político.
En 1868, el triunfo de la Revolución provocó el exilio de la reina, lo que produjo un gobierno provisional que proclamó la Constitución de 1869. Establecía una amplía declaración de derechos como los de expresión, la soberanía popular, la división de poderes, el sufragio universal masculino, la monarquía democrática, etc.
En 1871, fue elegido rey de España Amadeo de Saboya. Pero este abdicó en 1873, debido a los enfrentamientos de la oposición de los republicanos y los partidarios de los Borbones. Y se instauró la Primera República (1873-1874).
Durante este período se escribió una nueva Constitución que no llegó a publicarse. En ella se establecía un Estado federal y descentralizado, que repartía el poder entre el Estado central y quince estados federales con autonomía. De ahí procede la razón de tener en la actualidad un Estado descentralizado.
El gobierno republicano se enfrentó a una tercera guerra carlista, a la guerra de Cuba y al levantamiento de algunos municipios, que se declararon repúblicas independientes (cantonalismo). Estas dificultades beneficiaron la restauración de la monarquía borbónica.

En la actualidad: Hoy en día, seguimos contando con un modelo de Estado descentralizado, que reparte el poder en diecisiete comunidades autónomas, dos ciudades autónomas (Ceuta y Melilla) y el Estado central. Cada autonomía cuenta con su propio Parlamento, su Gobierno y sus Tribunales de Justicia, aparte de los propios del Estado central.
Este modelo de Estado se consolidó finalmente con la Constitución de 1978. El Título VII trata sobre la organización del territorio estatal en municipios, provincias y Comunidades Autónomas. Y reconoce la autonomía de los municipios y la elección democrática de su alcalde y concejales y también la autonomía de las regiones, cuyas cámaras legislativas serán elegidas también democráticamente.

OPINIÓN PERSONAL

Desde mi punto de vista, creo que el mejor modelo de Estado es el centralizado por varios motivos, como por ejemplo el ahorro económico, por las condiciones de cada individuo y por las mejoras sociales.
Ahorro económico: En un modelo centralizado se produce un ahorro porque tan solo se paga a los cargos públicos de la capital y sus regencias que se encuentran todo el territorio. En cambio, en un modelo descentralizado no solo se paga los cargos públicos de la capital, sino que también a los de cada autonomía. Lo que produce un menor capital adquirido por cada habitante.
Condiciones de cada individuo: En el centralismo el gobierno central toma decisiones que afectan a las regiones que componen el Estado, y reparte equitativamente entre todas ellas servicios, obras públicas, etc. Todo esto produce una mayor igualdad entre los habitantes del país. Al contrario, en la descentralización cada autonomía se organiza indistintamente a las demás, pero depende en parte del gobierno central. Lo que hace que cada autonomía vele por sus beneficios. Y da lugar a una mayor desigualdad entre regiones y entre sus habitantes.
Mejoras sociales: La centralización hace que en todas las regiones del Estado tengan las mismas leyes, derechos y obligaciones. Esto hace que no hay regiones con mejores condiciones que otras y da lugar a una mayor igualdad entre habitantes que refuerzan el sentimiento de unión. Mientras que en la descentralización el espíritu de unión es menor, debido a que las condiciones y ventajas de las regiones son diferentes y que cada autonomía mira por su beneficio y no por el bien común.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

MOTIN DE ESQUILACHE
Leopoldo de Gregorio, Marques de Esquilache: Fue un político siciliano al servicio de España. Secretario de Hacienda y ministro de Guerra, mas tarde fue nombrado primer ministro de Carlos III, en 1759.
Nuestro libro de texto dice, que la principal causa de motín fue el cambio en la indumentaria tradicional. Consistía en sombrero de ala ancha y capa larga que Esquilache pretendió cambiar por la capa corta y el sombrero de tres picos. Con la excusa de mejorar la identificación de malhechores.
Un motín es un levantamiento violento contra la autoridad establecida, puede ser justo o injusto. En cambio una revolución es una reforma violenta de las instituciones políticas, sociales y económicas de un país, en ella participa un gran numero de la población.
Tuvo lugar 23 de marzo de 1766 y finalizó a los 3 días, tras la aprobación de las condiciones de los insurrectos. Las principales causas del motín fueron la escasez de pan y encarecimiento de lo artículos de consumo (debido en parte a la política económica que llevo a cabo Esquilache) y que finalmente avivo el cambio de la indumentaria.
El motín tuvo grandes consecuencias pedidas por los insurrectos y aprobadas por Carlos III, como el destierro del ministro, la retirada de las tropas a sus cuarteles, supresión de la junta de abastos y la rebaja del precio de los alimentos.